Tu Sangre Derramada

Un olor dulzón,
Textura pegajosa.
Un recorrido por la vida de una persona,
Producto de amor, odio y sufrimiento
Y hoy se deslizaba por debajo de mi puerta.

Problemas, quizás, me acarrearía el hecho...
Qué más da,
Ya no importa;
Los hechos se han consumado y acabaste muerta.

Ahora, la calma me trae recuerdos:
Te creíste inmortal, imparable;
Viste el mundo con desdén, si acaso notaste su presencia.
Y ahora has terminas de manera tan ridícula como el rebaño,
Aquel que tanto odiaste,
Al que juraste no haber pertenecido jamás.

¡Qué caprichosa eras!
Pisoteabas los más débiles,
Evitabas los fuertes...
Te las arreglabas para sobresalir por tu putrefacción;
¡Y pensar que ahora sólo representas una mancha,
Una imperfección en mi alfombra!

Pareciera que aun siento tu fragancia,
Fugaz, cautivadora, solemne,
Alterada solamente por tu ánimo...
Quemaste la vela por ambos lados
Y cometiste el suicidio ideológico...

Entonces sentí el cambio:
Ya eras una sombra entre las sábanas,
Te escurrías entre mis dedos
Mientras afirmabas que eras mía;
Al final fuiste una oveja más,
¡Qué decepción!
Y ya no olías igual...

Ya no eras zorro, no eras lobo,
No eras Luna ni Sol,
Abandonaste toda tu belleza
Y te vendiste al puritanismo y el conservadurismo.

Al menos tu muerte sirvió de algo:
Me sirves de alimento.

Tus movimientos, tu gracia,
Sujetos ante los que casi perezco...
Mas me sacaste de las sombras.

Ironía.
Ahora la sonrisa aflora,
Se convierte en maníaca risa;
Una vez más me disuelvo entre las sombras,
Tras haber tenido en la boca un amargo sabor:
El sabor de la inconsistencia,
De lo irregular,
Impermanente,
Inconsistente...
El sabor de tu sangre derramada.

Irving Axel Jounior Rivas Zarete,

Self-Proclaimed Lord of the Thinking Idiots