El Gato Estepario

  El bohemio
el poeta
el músico
  el ingeniero
el arquitecto
  el constructor
el destructor

la oveja
  el lobo
  el niño
el adulto

el asesino
el curandero
el místico
el embustero
el manipulador
  el científico

el viajero
el enclaustrado
el nihilista
el existencialista

el epicureísta
el hedonista
el masoquista
el apático
  el apasionado
  el vivo
el muerto

  el superviviente
el suicida

el pesimista
  el optimista

el pasivo
  el activo

el iracundo
el distraído
el jarro de porcelana
  el tardigrada

la pedrada, el desconcierto, el desconsuelo

la gata, María Ramos, la piedra,
la mano.

la fiebre,
el sudor...

la frente.

¿Debes (puedes) decidir quién eres?
  ¿Debe (puede) colapsar tu estado?
    ¿Schrödinger levantó la tapa?

¡La entropía lo dice!
  ¡El observador lo ve!
    ¡La caja es transparente!

Verdades

Eras sólo una infante.
Al igual que el camino.

Cuando pasaste por él hubo tramos inexplicables
llenos de joyas ocultas dentro de piedras
y no supiste usar lo que tenías en las manos
o quizás no tenías lo que necesitabas en la mano.

Tus pies se maltrataban de vez en cuando;
algunas veces te dabas cuenta:
dolía tanto que no podías caminar
el camino te daba un mensaje.

Tropezaste alguna vez, y te hiciste daño
te cambió la forma de andar entonces.

Al cabo del tiempo, sentías el camino como una extensión tuya.
A veces caías nuevamente en el extraño estupor que no te permitía entender,
pero el resto del tiempo sabías que caminar era también que el suelo se moviera debajo tuyo.
Y entendías cada marca, cada mensaje en el camino.
Y entonces notabas rosas adornando los recuerdos
y cuantos pasos tuvieron pinchazos
y cómo venían, cómo dolían.

En ese momento en que te iluminaste más allá de lo explicable temí preguntarte,
y ahora suspiro con lo que pudo ser...
a veces de arrepentimiento
a veces de miedo,
siempre con solo un silencio como respuesta.

Anxiety II

un pendiente estremecido
un niño llorando por atención
una malcriadeza
un suspiro de impaciencia
un dolor en el pecho
un dolor de cabeza
un dolor en las mandíbulas apretadas
un problema inventado
una situación imaginada

~ desesperanza innecesaria

escenas disconexas iluminadas por haces de luz deformes
un sensor roto
un circuito desajustado
un error de programación
una gota demasiado pesada

los haces estaban bien
¿estaba rota la mente?
¿tan degradada la inteligencia que no puede repararse?
¿tan inútil el lente que no puede identificar su propia deformidad?

¿se convirtió en una marioneta?
¿perdió el élan vital?

Ensalada

Pele la fruta, colóquela sobre una superficie resistente.

Y májela. Májela. Májela. Maje la pulpa.

Májela.

Ese trocito que se cayó, póngalo de nuevo en la superficie con lo demás.

Májela. Májela.

Demasiado líquido, pase una servilleta para evitar el desorden.

Maje. ¿Recuerda la fruta? ¿No? ¿Recuerda la receta? Ese era el punto. No valió la pena.

Y ya majó tanto la fruta que no le queda nada útil.